lunes, 26 de febrero de 2007

Por Victor Manuel Barceló R.
El intento vigoroso por combatir a la delincuencia –a todas luces importante- distrae la atención de las perspectivas para la economía nacional. No es que no se sientan, incluso en el bolsillo del ciudadano. Ocurre que nadie vislumbra esfuerzos coordinados, tanto para entender el fenómeno, como para recuperar un ritmo de crecimiento, a pesar de lo que ocurra en la economía “imperial madre”, cuyos cordones umbilicales de mandrágora, succionan en el quehacer nacional.
Los datos son muy generales y nadie se preocupa por ordenarlos en pos de un crecimiento mayor. Fácil se trasluce que nos abandonamos en brazos del mercado. Hágase su voluntad, pero solo en nuestro mundo económico paralizado. Allá donde nació, se aplican controles que nos están vedados. Con cuanta pena vemos pseudos esfuerzos de control de precios, como en tortilla –un exabrupto oficial desató precios del maíz- si bien “se logró” detener, solo después de un aumento del 45%.
Así, solo tendrán acceso a volúmenes adecuados de tortilla, miembros de las fuerzas armadas, únicos que tuvieron aumento promedio en salarios, del 43%, frente a menos del 5%, en otros sectores de trabajadores. Analistas financieros sugieren un crecimiento del PIB para el 2007, en un punto porcentual menor que el de 2006. Aducen como factores: caída en economía del imperio, que arrastrará a exportaciones mexicanas hacia abajo, y reducción de precios del crudo a término. Estos muestran un repunte en los últimos días, por arriba de los 42.80 dólares previstos para el cálculo del Presupuesto gubernamentales del año en curso.
Ello no elimina el peligro de reducciones, si consideramos que hay estudios que muestran al 2007, como un año muy caluroso. Por tanto, bajas temperaturas no impulsarán el aumento del consumo. Tampoco habrá requerimientos para recuperar reservas petroleras de países ricos, que están a niveles considerados aceptables. Si la demanda no aumenta, solo un seguro de cobertura puede proteger el ingreso de PEMEX, a fin de que, el fantasma del recorte presupuestal federal –siempre incidiendo en el gasto social y de investigación- tome rumbo a lo desconocido. Las autoridades ponen su empeño para que la inflación no afecte las finanzas macro. El Banco de México mantiene su política monetaria y el “corto” –retención diaria de dinero circulante- se mantiene en 79 millones de pesos.
Esto llevará a sostener el ritmo de inflación, a no más del 4% al final del año. Así se confía, muy a pesar del incremento en precios de diversos artículos de la canasta básica –maíz, trigo, soya, pollo, huevo, azúcar y otros-. Nuevamente serán las remesas que nuestros emigrados envían a sus familias –por arriba de los 20,000 millones de dólares- un colchón para que las ventas en el mercado nacional, crezcan a ritmos que ya tienen calculadas diversas transnacionales como: la del juguete con un 12% -80% de importación-. También la industria departamental está lista para crecer a tasas superiores a la de la economía en su conjunto. Wal-Mart prevé incrementar su piso de ventas en un 11.4%, con 122 nuevas unidades, para 2007. Soriana crecerá un 12% y llegará a 274 unidades. Por su lado, Comercial Mexicana tendrá 17 nuevas tiendas, con las que crecerá 8%.
La tendencia a convertirnos en país de servicios –turismo, comercio de productos foráneos y otros- sigue adelante. únicamente el jalón de transnacionales se siente en la economía. La producción local está frenada. Lo arrastramos hace lustros: solo intereses oligárquicos transnacionales y de sus clientes nativos, encuentran cobijo económico. El pueblo, su inmensa mayoría, o emigra al Norte, indocumentado, o se conforma con migajas de programas oficiales, que mantienen con vida a proveedores de mano de obra cautiva. Nada hay que contradiga lo anterior. Ojalá pronto haya acciones capaces de mandarlo al cajón de los trebejos. Lo deseamos por nuestra gente, pero no vemos la claridad necesaria.
Correo electrónico:v_barcelo@hotmail.comVillah